Mi mejor verano: Día 3. Moscas

Moscas

«Ningún soldado que quiera agradar a su superior se enreda en cuestiones civiles». 2 Timoteo 2:4

 

Al pensar en la palabra “verano” vienen muchas más palabras a nuestra mente, pero seguro que con el título de este día ya te he dado una pista. Las moscas son de esos insectos que uno se pregunta: ¿para qué están? Pues bien, aunque parezca mentira, tienen un propósito, y sin ellas, el proceso de descomposición de la materia orgánica sería mucho más lento y, por lo tanto, nos expondríamos a serios problemas de salud e higiene. Sin embargo, todos estamos de acuerdo en que, al llegar el verano, junto a los mosquitos, son de esos insectos que más te quitan la paciencia. Una mosca es capaz de robarte horas de descanso, sea molestando a primera hora de la mañana y rompiéndote el sueño, o bien a la hora de la siesta. 

 

En el versículo de hoy, el apóstol Pablo está alentando al joven Timoteo en su reciente pastorado en la ciudad de Éfeso. Pablo compara el compromiso del servicio a Dios con tres figuras de la época: El soldado, el atleta y el labrador. Es interesante la figura del soldado, ya que éste tiene muchas características de las cuales podemos aprender, y en concreto, una que tiene mucho que ver con lo que hablaremos hoy: la distracción. Un buen soldado nunca toma decisiones ni compromisos que puedan alejarle del propósito de su trabajo. Cuando un soldado se alista en el ejército, es para ser soldado y nada más. ¿A qué se refiere Pablo con enredarse? Parafraseando vendría a decirle a Timoteo: «no te distraigas con nada que pueda desenfocarte». 

 

Enredarte o despistarte, hace que te retrases en tus planes. Del mismo modo, en nuestra vida espiritual, hay circunstancias que pasan, día tras día a nuestro alrededor, que hacen que nos retrasemos en nuestra carrera. El sistema ha creado una infinidad de entretenimiento similar a esas moscas de verano que roban nuestra atención de lo verdaderamente importante. ¿Acaso no puedo entretenerme? Por supuesto que sí, y debes hacerlo, pero que el entretenimiento no te enrede y te haga dependiente de él. La mosca tiene una sorprendente capacidad de robar nuestra atención.

 

En cierta ocasión me encontraba predicando en una Iglesia en Madrid, el frío era intenso, pues no había calefacción en aquel auditorio. Cuando llevaba unos minutos compartiendo, para mi asombro, apareció una mosca que comenzó a molestarme y a incomodarme ¿Cómo es posible? Era pleno invierno, no debería estar ahí con ese frío. Sin embargo, esa mosca «diabólica» ahí estaba, molestando y entorpeciendo el sermón. 

 

No permitas que en este verano haya moscas que te enreden y te despisten. ¿Qué mosca amenaza tu relación con Dios? ¿El móvil? ¿Netflix? ¿Tu casa? ¿Preocupaciones? ¿Amistades?


Oración: Padre, que en estos días nada aparte mi mirada de ti. Que no haya nada que me enrede ni me distraiga de mi relación contigo. Ayúdame a que esas moscas espirituales no me desenfoquen ni me alejen de tus propósitos hacia mí. Amén.

 

Autor: Pr. Samuel Escobar

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